Artículo publicado en la Revista Fertilizar N° 16 año 2010
Autores: Martin Díaz-Zorita y María Virginia Fernández Canigia CONICET-FAUBA mdzorita@agro.uba.a
Introducción: El girasol en Argentina se extiende en un rango variado de condiciones agroecológicas observándose una brecha entre los rendimientos alcanzados y los máximos donde interactúan factores ambientales, fisiológicos y de manejo. En las condiciones de producción en Argentina sus rendimientos están nutricionalmente limitados por la oferta de nitrógeno y de fósforo y con menor frecuencia de otros elementos (ej. Boro). El P mejora el desarrollo radical y aumenta la velocidad de implantación y el desarrollo del área foliar logrando así una implantación rápida y uniforme. El desarrollo del área foliar y su duración verde en el período pos floración dependen de la oferta de N y al disponer de una adecuada provisión de N antes de la iniciación floral se mejora el número de granos, la biomasa de raíces y los rendimientos. Aplicaciones tardías modifican parcialmente el peso de los granos aumentando su contenido de proteínas y disminuyendo su concentración de aceite. En siembra directa son frecuentes las condiciones favorables de acumulación y conservación de humedad para el sostenimiento de la producción de los cultivos. Pero, se describen menores temperaturas y endurecimientos de suelos que podrían limitar el normal crecimiento inicial del girasol y su nutrición. Son frecuentes las limitaciones en N y hay un mejor uso del agua, mostrando mayor eficiencia en el uso de fertilizantes con N que bajo laboreo. Se supone que la fertilización con N y con P mejoraría la productividad de girasol con mayores aportes en condiciones de alta producción y dependiendo de las regiones de producción consideradas. Nuestro objetivo fue cuantificar los cambios en productividad de girasol en siembra directa en las regiones girasoleras de Argentina según prácticas de fertilización con fósforo y nitrógeno.