Artículo publicado en la Revista Fertilizar Nº 33 año 2015
Autores: Pablo A. Barbieri, Hernán E. Echeverría, Hernán R. Sainz Rozas y Juan P. Martínez
La producción agrícola en Argentina ha aumentado significativamente en los últimos años; este aumento fue como consecuencia de mejores prácticas de manejo que incluyeron fertilización con N y P y, en ocasiones, fertilización azufrada. Las dosis de uso común, sin embargo, no son suficientes para balancear la exportación de los nutrientes en los cultivos de granos. Esta situación es particularmente negativa para los nutrientes secundarios calcio y magnesio (Ca+2 y Mg+2), ya que no son aplicado normalmente por los productores. El objetivo de este estudio fue determinar el efecto del encalado en una secuencia de cuatro años de soja, un año de trigo y un año de trigo/soja, todos en siembra directa. El diseño experimental fue de bloques completos al azar con tres repeticiones que comparó dos situaciones, una sin y otra con encalado. La evaluación se realizó en un ensayo de largo plazo bajo siembra directa ubicado en la Estación Experimental de Balcarce del INTA, que se inició en 2006 y la secuencia de cultivos fue: soja (2006/07, 2007/08), trigo (2008/09), soja (2009/10), trigo/ soja (2010/11) y soja (2013/14). La dosis de encalado fue calculado para alcanzar el 80% de la saturación de bases. La fuente de encalado elegida fue dolomita (Ca+2 24%, Mg+2 9.2%) que se aplicó al voleo sobre el suelo sin incorporar solo en los cultivos de soja. Las dosis aplicadas fueron de 6.2, 5.3, 4.6 y 3.1 t/ha, en las campaña 2006/07, 2007/08, 2009/10, y 2013/14 respectivamente. Los resultados mostraron que la aplicación de cal dolomita aumentó significativamente el pH del suelo, así como los contenidos de Ca y Mg en valores absolutos y relativos a la saturación de bases intercambiables. Los incrementos relativos debido al encalado fueron 8, 22, 18, y 20% para el pH, el contenido de Ca intercambiable, la saturación de bases y la saturación relativa de Ca respectivamente. Los resultados mostraron que no se vieron afectados la densidad aparente del suelo ni la resistencia a la penetración por la aplicación del encalado, pero sí la estabilidad de la estructura del suelo.