Artículo publicado en la Revista Fertilizar N°17 año 2010

Autores: Fernando O. García(1) y María Fernanda González Sanjuan(2) (1) IPNI Cono Sur – Av. Santa Fe 910, Acassuso, Buenos Aires, Argentina. fgarcia@ipni.net (2) Fertilizar Asociación Civil, mfgonzalez@fertilizar.org.ar

Introducción: Una agricultura productiva sustentable requiere del uso adecuado de tierras (ordenamiento territorial), el control de los procesos erosivos y de desertificación, y el mantenimiento y/o mejoramiento de los recursos suelo, agua y aire. La intensificación productiva sustentable, definida como la mayor y más eficiente producción por unidad de recurso y/o insumo involucrado, se presenta como una alternativa válida para alcanzar estos objetivos. La intensificación debe responder a los objetivos del productor: productividad (P), rentabilidad (R), durabilidad del sistema de producción (D) y ambiente saludable (A). Por otra parte, estos objetivos deben responder a los objetivos de sustentabilidad económica, ambiental y social comunes a toda la sociedad (Bruulsema et al., 2008). El manejo de los fertilizantes, y nutrientes en general, debe compatibilizarse con y responder a los cuatro objetivos del productor (P, R, D y A), por lo que las mejores prácticas de manejo (MPM) de nutrientes y fertilizantes se consideran un subconjunto de las mejores prácticas de manejo de cultivos a nivel de lote y/o establecimiento. Las MPM se definen en términos de la aplicación de la fuente correcta del nutriente, en la dosis correcta, en la localización correcta y en el momento correcto (4Cs) (Bruulsema et al., 2008).

 

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