Artículo publicado en la Revista Fertilizar Nº19 año 2011

Autor:  Ing. Agr. Ricardo Melgar

Introducción: El cálculo de los balances de nutrientes es una herramienta importante en la agricultura. Para tener sistemas sostenibles de producción agropecuaria los nutrientes deben ser reemplazados a medida que son retirados del sistema a través de la extracción y exportación de los productos de cosecha, sean granos, frutas o productos animales como carne o leche. Si eso no ocurre, a largo plazo los suelos se empobrecen a medida que los ciclos agrí- colas principalmente remueven año a año los nutrientes principales como nitrógeno, fósforo y potasio. La disminución de la fertilidad del suelo tendrá indudablemente impacto negativo en los rendimientos y por lo tanto en la capacidad de devolver residuos de cultivo al suelo, afectando el contenido de carbono y por lo tanto de la materia orgánica, acelerando el círculo vicioso. Los factores que necesitan tomarse en cuenta cuando se pretende identificar el estado del balance de nutrientes de un suelo luego de un ciclo de cultivo incluye el contenido de los nutrientes antes del cultivo, los nutrientes aplicados y removidos por los productos de cosecha y de los residuos durante la estación de crecimiento y otras pérdidas o aportes de nutrientes durante el periodo de cultivo. Los nutrientes pueden ser agregados al suelo ya sea directamente, a través de abonos animales (estiércoles, cama de pollo) y de la aplicación de fertilizantes, o indirectamente vía fijación biológica de nitrógeno o deposición atmosférica. Las pérdidas ocurren principalmente por la remoción de los cultivos de muchas veces de los residuos de esos cultivos, por vía gaseosa en procesos de desnitrificación, volatilización de amoniaco, erosión del suelo y lixiviación o lavado de nutrientes en las aguas subsuperficiales.

 

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