La campaña de trigo se presenta con perfiles cargados de humedad y precios de fertilizantes por debajo de los valores históricos. Las últimas 4 campañas fueron favorables para la incorporación de tecnologías en nutrición. El trigo 2020 se presenta como un desafío para capitalizar esta exitosa experiencia.
Fertilizar A.C. presentó las perspectivas para esta campaña de trigo ante la prensa durante un encuentro virtual. María Fernanda González Sanjuan, gerente ejecutiva de la entidad, abrió la jornada destacando que la campaña de trigo de este año es una oportunidad para alcanzar productividades máximas con estrategias nutricionales balanceadas que apunten a aprovechar al máximo el agua disponible en nuestros suelos. Asimismo, destacó que los fertilizantes son insumos fundamentales para la producción de trigo.
A continuación, Jorge Bassi, presidente de Fertilizar A.C., comenzó su exposición mostrando números que avalan las buenas expectativas que hay sobre la presente campaña. Las condiciones de humedad hoy son óptimas en la mayoría de las regiones, sin limitantes de humedad, por lo que podemos apuntar a esquemas de producción de alto rendimiento para cada zona. A la vez las relaciones insumo producto son tan favorables como las últimas campañas y aún mejores en fósforo, por lo que el repago de la tecnología está en condiciones de ser muy interesante. Hoy están las condiciones previas para lograr rendimiento, calidad y rentabilidad si trabajamos con una adecuada estrategia de nutrición. “Somos optimistas para esta campaña”.
Bassi expresó que el trigo es un ejemplo positivo del trabajo del sector, ya que en los últimos 10 años “la producción del país aumentó un 119% y el saldo exportable se multiplicó por 6. Esto se logró con un consumo de fertilizantes que se triplicó, mientras que la superficie aumentó un 88%”. La relación insumo/producto es un indicador que ayuda a explicar lo ocurrido en este cultivo: “en los años en que las relaciones insumo producto se desvirtuaron, bajó el uso de nivel de tecnología y la calidad de la cosecha. Hoy se necesitan sólo 3,5kg de trigo para pagar un kg de fosfato diamónico”.
En este contexto, el consumo de fertilizantes en trigo se incrementó de 430.000 Tn en 2009 (un 18% de 2,4 Mill Tn despachadas para todos los cultivos), a 1.5 Mill Tn en 2019, que representa un 33 % de las 4,686 Mill Tn despachadas.
Bassi presentó datos acerca de la relación estrecha entre dosis de nitrógeno y proteína por hectárea, “estos datos demuestran que el nitrógeno es la llave para lograr rendimiento y calidad”.
Para analizar la rentabilidad de la práctica con un ejemplo a nivel de lote, el presidente de Fertilizar A.C. analizó los datos de un sitio de la red de ensayos de Fertilizar. “Este es el ensayo en Pergamino que visitamos en noviembre pasado, donde se evaluó el manejo frecuente de la fertilización en la zona versus planteos de alta productividad”. Manejando el paquete de máxima producción, se alcanzaron 6500 kg/ha de trigo y 2.100 kg/ha de soja de segunda. “En estos ensayos queremos ver qué margen de mejora tenemos frente a la práctica del sector”. El retorno de la inversión en nutrición fue del 62 %, con una ganancia de 95 U$S/ha extra sobre 152 U$S/ha extra de inversión para planteos de alto rendimiento. “Es una rentabilidad muy buena, incluso en condiciones no tan favorables que se dieron en Pergamino respecto a las condiciones climáticas de la campaña 2019/20”, agregó.
Martin Díaz-Zorita, coordinador del comité técnico de Fertilizar A.C., continuó presentando las claves del manejo agronómicas manejo de trigo. Así, destacó que la respuesta a las estrategias de alta productividad está garantizada. “Siempre a mayor dosis, mayor productividad. Las brechas de rendimiento son notables y alcanzan un 17% sobre el manejo actual de la nutrición”. Así, destacó que la fertilización frecuente del trigo argentino acompaña expectativas medias y es mejorable con ajustes en el manejo equilibrado de los nutrientes. Adicionalmente, expresó que la mayor producción de trigo es acompañada por mayores rendimientos de soja de segunda, en promedio con aumentos del 14% de rendimiento sobre modelos de trigo sin fertilizar.
Díaz-Zorita expuso también los beneficios de una nutrición balanceada del trigo, siguiendo siempre las buenas prácticas del manejo de la nutrición respetando la dosis, momento de aplicación, sitio de localización y fuente de nutrientes. El nitrógeno y el fósforo son componentes imprescindibles de las estrategias nutricionales, pero también aparecen como fundamentales el azufre, que en aplicaciones de al menos 10 kg/ha mejora el rinde significativamente, así como también la eficiencia en el uso del nitrógeno. En cuanto a este nutriente, Díaz-Zorita manifestó que se obtienen mejores resultados al ajustar la dosis, según la expectativa de rendimientos y el análisis de nitratos que ayudan para que esta mejora sea más eficiente. Otro nutriente que ya no puede faltar en un lote triguero es el zinc, que hoy escasea en el 70% de los suelos y que genera un aporte de por lo menos un 5% de rendimiento en estrategias de alta producción.
Para cerrar, Díaz-Zorita sintetizó por qué se debe fertilizar afirmando que estas estrategias permiten hacer una cosecha eficiente del agua que en otros años escasea a la vez del efecto virtuoso del mayor volumen de aporte de raíces y de rastrojos a los suelos.
“La fertilización es una práctica de mejora de rendimientos, con brechas del 10 al 30% sobre rendimientos frecuentes o sin fertilización”, agregó.
Y sintetizó cómo se debe fertilizar el trigo, con las siguientes recomendaciones: • Fósforo: revisar las dosis (mayores rendimientos al ajustar sobre las dosis frecuentes); • Nitrógeno: mejorar la eficiencia y ajustar las dosis según la expectativa de cosecha (sitio – ambiente);
• Azufre: revisar las dosis, aportes consistentes con aplicaciones de al menos 10 kg/ha; • Zinc: frecuente limitación y mayor eficiencia de producción al mejorar la producción.