Fertilizar y el IPNI enfatizaron que la rentabilidad en la fertilización se mantiene para la mayoría de las zonas y que su optimización depende de hacer un buen diagnóstico de los lotes, sobre la base del análisis de suelo. Esta es la forma más racional de ajustar el paquete tecnológico en el actual contexto de precios adversos
Fertilizar Asociación Civil convocó a la prensa con el fin de compartir pautas para tomar decisiones productivas que permitan lograr la mayor eficiencia en el uso de insumos y optimizar los resultados en una campaña con precios adversos.
“Ante la incertidumbre, el productor recorta gastos. Nosotros recomendamos que si se gasta menos que se gaste mejor. A pesar de las dificultades económicas que se plantean en esta campaña, la salida no es recortar el uso de fertilizantes sino buscar la máxima eficiencia aplicando las dosis correctas y lograr un mejor uso del fertilizante. Por eso destacamos que el diagnóstico a través del análisis del suelo es clave en esta coyuntura ya que permite alcanzar una mayor eficiencia”, comentó Jorge Bassi, Presidente de Fertilizar.
En este sentido, Bassi dio un ejemplo de prácticas que atentan contra la productividad. El primero referido a cebada, donde los contratos tienen como base el contenido de proteína en 9-10% y para lograrlo hay que llevar el nitrógeno del suelo a 160 kg/ha. “Ahorrar en nitrógeno en cebada, como se ha hecho, puede dejarnos fuera del contrato, por lo que implica un recorte no racional”, aseguró el Presidente de la Asociación.
Otro ejemplo fue referido al azufre, donde se presentaron las conclusiones de redes de INTA, Fertilizar y FAUBA, que reflejan que la fertilización como práctica de manejo resultó rentable especialmente cuando se incluyó azufre, debido al bajo costo relativo de la fertilización azufrada y a la respuesta al nutriente. Sin embargo, desde el 2011 hasta este año, el uso de azufre se contrajo 45%. “Tomando el promedio de ensayos, la fertilización con azufre en soja tiene un repago de casi 4 veces por unidad de dinero invertido”. Los micronutrientes como el zinc y boro siguen una lógica similar. “El recorte indiscriminado tiene que ver con un ajuste del paquete tecnológico sin fundamento agronómico. La fertilización tiene que ser ajustada a la realidad económica, pero afilando el lápiz, con los datos y calculadora en la mano”, resaltó Bassi.
“La respuesta al dilema es que hay que aplicar más tecnología, pero no como la suma de insumos, sino en la toma de decisión. Gastar mejor cada peso para asegurar el retorno, y en eso el fertilizante puede ser clave”.
Por su parte, el Ing. Agr. Fernando García, Director IPNI Cono Sur, presentó pautas y números para la toma de decisiones en la nutrición de cultivos estivales. Para el especialista, la situación del negocio agrícola respecto de la fertilización, en esta campaña 2015/2016 para la siembra de granos gruesos, es muy similar a la precedente y la rentabilidad la fertilización es ajustada por lo que deben tomarse decisiones con todas las herramientas tecnológicas y agronómicas disponibles.
Respecto a los aspectos económicos de la fertilización, García comentó que “recortar la dosis de fertilizantes sin criterio de diagnóstico claramente incrementa el riesgo de que los nutrientes sean limitantes para la producción, disminuyendo el resultado de la actividad. Esta situación se hace más grave en la medida que los suelos tienen cada vez menos disponibilidad de nutrientes”, destacó.
En cuanto a la relación del costo en kg de granos por kg de fertilizante, García precisó que el promedio de la serie 2000-2014 da un costo de 5,3 kg de maíz por kg de urea, 6,6 kg de maíz por kg de fosfato mono amónico y 2,7 kg de maíz por kg de sulfato de calcio. En este sentido, García indicó que la campaña actual está muy cercana a estos valores.
El Director del IPNI también se refirió a cómo decidir la fertilización y sostuvo que “siempre hay que evaluar la oferta y demanda de nutrientes del sistema. No hacerlo no es una opción válida”. Para fertilizar con las dosis correctas hay que considerar las demandas de los cultivos, el abastecimiento de nutrientes de cada lote, la eficiencia de aplicación, los aspectos económicos y el criterio de cada productor propietario o arrendatario.
En cuanto al manejo de los diagnósticos, García volvió a enfatizar la necesidad del muestreo y análisis de suelo. “Este es el tema central que no estamos abordando”. Y recordó que en la Argentina se toma tan solo 1 muestra de suelo por cada 250 ha, mientras que en Brasil se recoge 1 muestra cada 30 ha. “Considero paradójico que los laboratorios de suelo tengan más trabajo cuando hay buenos precios que en años difíciles como el actual, porque cuanto más están ajustados los números es cuando menos debemos fallar”, sostuvo. Y recordó los cuatro requisitos que requiere toda fertilización eficiente: fuente, dosis, momento y localización de aplicación correctas.
Además, la actual situación se da luego de muchos años -entre 1994 y 2014- de balance de nutrientes negativo, ya que sólo se repone un 40% de nitrógeno, hasta 60% de fósforo y 40% del azufre. “Llegamos a una coyuntura económica con suelos agotados”. También destacó que la respuesta a soja en lotes con bajos niveles de nutrientes, ha llegado a ser del hasta el 36%, por lo que no podemos ya discutir la importancia de la fertilización en este cultivo.
García concluyó en que “la tendencia es ir corrigiendo aspectos económicos y ambientales, ser eficientes y efectivos en el uso y aplicación de cada kilo de nutriente y sembrar ajustando cada detalle de manejo del cultivo”.
Un proyecto de ley para preservar el suelo
En línea con iniciativas tendientes a mejorar las prácticas productivas y alcanzar una mayor eficiencia, y recordando la celebración en 2015 del Año Internacional de los Suelos, Jorge Bassi se refirió a los alcances del proyecto de ley de mejora de los suelos agropecuarios.
El proyecto, presentado por los Diputados Nacionales Luis Basterra y Juan Casañas, tiene como objetivo la conservación y mejoramiento de la fertilidad de los suelos de uso agropecuario a través de la promoción del uso de fertilizantes para la actividad agropecuaria y las adecuadas prácticas en su aplicación.
La iniciativa es el resultado del trabajo interdisciplinario de diferentes profesionales y expertos de AACREA, AAPRESID, CIAFA, FADIA, FERTILIZAR, Fundación Vida Silvestre más los asesores de distintos diputados. Ya fue aprobado por unanimidad en la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados de la Nación y recientemente fue aprobado en la Comisión de Presupuesto y Hacienda.