Artículo publicado en la Revista Fertilizar Nº27 año 2013
Autores: Ricardo Melgar, Enrique Figueroa, Gabriel Kuriger y Diego Saba rjrmelgar@gmail.com
Introducción: Si bien el uso de UAN y otras soluciones NS ha tenido un amplio desarrollo local, la creciente disponibilidad de fuentes líquidas de fósforo, o soluciones que lo contienen, puede ofrecer importantes ventajas y no pocos desafíos a la cadena de valor y producción, desde la industria, distribuidores, hasta los contratistas y productores agrícolas, pasando por los proveedores de soluciones logísticas y fabricantes de maquinaria. Existen ya al menos cinco empresas proveedoras de soluciones NP o NPS a partir de ácido fosfórico, solubilización de fosfatos o importación directa de formulaciones de polifosfatos. Las soluciones NP o NPS/NPK usadas como arrancadores deberían tener ventajas comparativas por sobre las formulaciones sólidas, sean complejos o mezclas físicas, para que sean rápidamente adoptadas por los productores o consumidores finales, así también como desventajas menores. Muchas de estas ventajas son conocidas por los operadores a través de su experiencia en el manejo de las soluciones N y NS, (cuadro) pero algunas son más especificas de los arrancadores, es decir, aquellos que se aplican con la siembra. Estos fertilizantes arrancadores, son productos aplicados en dosis bajas cerca de la semilla durante la siembra para estimular el crecimiento vegetal temprano y desarrollo inicial con la intención de aumentar el rendimiento en última instancia. Así, los fertilizantes fluidos aplicados a la siembra en la cantidad necesaria para proveer ese efecto de «arranque», deberían complementarse con nutrientes aplicados más adelante, principalmente nitrógeno, pero también fósforo cuando el nivel en el suelo está por debajo de la suficiencia. A la siembra, el ahorro de tiempo permite que los equipos de aplicación circulen por más tiempo aplicando fertilizante y con menor tiempo ocioso durante la recarga. Cuando se siembra y se aplica fertilizante a la vez, la reducción del tiempo de manipulación del fertilizante favorece la rapidez de la siembra. Muchos productores y contratistas prefieren una siembra temprana, permitiendo mayores rendimientos. El ahorro de tiempo durante la siembra permite al contratista hacer mayores superficies durante el mismo período que si usara fertilizantes sólidos. El uso de arrancadores plantea un cambio de estrategias en el manejo de nutrientes, sean fluidos o sólidos. No hay ninguna necesidad especí- fica de aplicar a la siembra todos los nutrientes que se necesitan en los cultivos de una rotación. La baja movilidad del P por ejemplo, permite flexibilidad para no manejar volúmenes elevados de productos a la siembra. Por ejemplo, un cultivo de maíz que rinda 100 q/ha extraerá y exportará del campo 38, 48 y 10 kg / ha de P, K y S respectivamente (Heckman et al , 2003) , el desafío es aplicar tanto como se pueda para cubrir este requerimiento a la siembra sin derrochar ni ofrecer fitotoxicidad potencial. Una de las principales preocupaciones de los productores en el uso de arrancadores es la posibilidad de quemado por fitotoxicidad debido a la proximidad de las líneas de semillas con la de fertilizante. Si bien esta preocupación es compartida con los sólidos, en general tiene más que ver con las concentraciones de N – amoniacal/ureico y potasio que con el fósforo y su forma química (ion ortofosfato o polifosfato). El nitrógeno y el fósforo son los principales nutrientes usados en los arrancadores y considerados los contribuyentes vitales para el logro de mayores rendimientos, no obstante tanto el potasio como el azufre o micronutrientes se incluyen habitualmente en los arrancadores sean sólidos o fluidos. El objetivo de este trabajo fue evaluar el efecto sobre el rendimiento de maíz y determinar el mejor grado y dosis de un fluido NPS o NPK como arrancador aplicado a lo largo de la banda de siembra en dos regiones.