Autor: Ing. Agr. Ricardo Melgar Est. Exp. Pergamino INTA

Artículo publicado en la Revista de Fertilizar #28, año 2014

Introducción: La agricultura tiene por delante un gran desafío para satisfacer la creciente demanda mundial de alimentos, fibras y biocombustibles. En este sentido, el rol de los países del Mercosur en la producción de granos es esencial para la satisfacción de esta demanda. Al ritmo actual de crecimiento de la producción de cereales, en diez años el Mercosur suministrará 425 millones de toneladas de granos por año, un aumento de 113 millones de toneladas por sobre el producido en 2012. Se espera que este aumento sea logrado por el aumento de la superficie cultivada, de casi 22 millones de hectáreas, además del  aumento de los rendimientos de grano por unidad de área, que para la región es 1,6 % y 2,2 % anual para la soja y el maíz respectivamente.

El crecimiento económico mundial y el surgimiento de la clase media en las naciones emergentes, junto con la expansión de la población mundial, son los principales responsables de la creciente presión colocada en la agricultura para lograr ese aumento de la producción de productos agrícolas. La pobreza está claramente en disminución, sobre todo en las grandes economías emergentes como China, India  y Brasil. Así como también el número de hogares de clase media en los países en desarrollo que pasará de alrededor del 24% de los hogares en 2012 a una previsión del 51 % en 2020. Esto tendrá un impacto significativo en las dietas consumidas en estas naciones, tanto en términos de cantidad y calidad, y va a liberar una mayor proporción más del ingreso disponible para gastar en alimentos «de lujo», tal como una mayor cantidad de proteínas de origen animal.

Los agricultores y empresas agrícolas pueden tranquilamente satisfacer esta creciente demanda de alimentos, fibras y combustibles, ya sea cultivando más tierras, aumentando los rendimientos en las tierras ya cultivadas o por una combinación de ambos efectos. La expansión de Brasil Argentina Total Paraguay-Uruguay-Bolivia la superficie cultivada en cantidades significativas solo es factible en un limitado número de países. Por otra parte  son cuestionables varios aspectos sobre la calidad de la tierra adicional posible de utilizarse así como el impacto ambiental en otros ecosistemas, y la infraestructura disponible en estas áreas nuevas, normalmente a una distancia considerable de los puertos  y de los mercados.

Elevar los niveles de rendimiento parece ser la opción más fructífera. Este aumento de la productividad por unidad de área es el resultado  de un complejo de innovaciones en toda la cadena de valor. Es la combinación de factores tales como programas de mejoramiento genético,  mejores medidas de nutrición y de protección de cultivos, así como una mayor educación de los agricultores para la aplicación de las mejores prácticas de manejo  de cultivo. Al analizar en detalle el aumento de la productividad debido a una mejor nutrición,  advertimos que ésta no solo depende de la cantidad de nutrientes necesarios para sostener 5 un aumento potencial de la producción, sino de una  mayor eficiencia esperada en el uso de estos nutrientes;  la que más allá de un cierto nivel de aplicación, esta última tiende a disminuir con el aumento de la dosis del nutriente aplicado. A su vez, este problema puede abordarse mediante una mejora en la sincronización del suministro de nutrientes con la demanda del cultivo, lo que reduce las pérdidas de estos nutrientes del suelo así como los mecanismos de inmovilización de nutrientes dentro del suelo.

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