Artículo publicado en la Revista Fertilizar Nº24 año 2012
Autor: Pablo Roberto Tamburrini
Introducción: La producción de cultivos de granos tiene un papel preponderante en la actividad agrícola mundial. En la actualidad, los sistemas de producción de cultivos de cereales y oleagionosos han provocado cambios de gran magnitud en distintas escalas de análisis. Estas transformaciones, en muchos casos, han llamado la atención sobre la capacidad de mantener la productividad y realizar un manejo sustentable de recursos en esas áreas, abriendo la puerta a un debate amplio sobre las bases funcionales, diseño y manejo de los sistemas productivos modernos (Satorre et al., 2004). La sustentabilidad es un concepto bastante amplio, para el cual han sido propuestas varias definiciones. Probablemente, una de las que mejor sintetiza el concepto es la que establece que la agricultura sustentable se basa en sistemas de producción cuya principal característica es la aptitud de mantener su productividad y ser útiles a la sociedad indefinidamente (Martelotto el al., 2001). Otros autores asumen que la conservación del capital natural es un requisito fundamental de la sustentabilidad y, en consecuencia, el mantenimiento de la fertilidad del suelo es un indicador de la sustentabilidad de los sistemas. Una forma de monitorear el deterioro de la misma en rotaciones agrícolas, es a través del balance de nutrientes (Darwich, 2005). El balance de nutrientes es la diferencia entre la cantidad de nutrientes que entran y que salen de un sistema definido en el espacio y en el tiempo. En general, estos balances se consideran para la capa de suelo explorada por las raíces en períodos anuales. (García, 2003). Las evaluaciones de rentabilidad de explotaciones agropecuarias indican que, generalmente, las empresas más rentables se caracterizan por presentar menores costos, altos rendimientos y mayor atención al manejo de suelos y cultivos. Estas características definen a los productores más eficientes y de mejor manejo empresarial. La fertilización forma parte integral del manejo rentable de los cultivos. Sin embargo, hasta ahora no se tiene en cuenta el balance de nutrientes y no se realiza un registro sistemático de la eficiencia de producción en la gestión de la producción agrícola.