Marino, M.A.1; Errecart, P.M.2; Cicore, P.L. 1,2 y Bertram, N.2,3, Berone, G.D.1,2
- FCA-UNMDP, 2. INTA EEA Balcarce, 3. FCA-UNR.
Las pasturas templadas base gramíneas ofrecen en primavera la mayor producción estacional de pasto. En la región Pampeana, las abundantes lluvias invernales de 2025 descartan la posibilidad de ocurrencia de déficits hídricos a corto plazo. El escenario es el de una primavera con altas tasas de crecimiento del pasto, pero es necesario aplicar tecnologías apropiadas para aprovechar eficientemente esta situación favorable para la ganadería pastoril.
Las pasturas perennes de tipo templado están adaptadas y persisten productivamente en ambientes ganaderos. Pueden crecer activamente y aportar forraje de calidad, con producciones acumuladas de 10 a 15 t MS/ha/año. Sin embargo, suelen utilizarse sólo algunos días en otoño y principalmente 40 a 50 días en primavera avanzada. Por diversas razones, es común que no se aproveche su potencial y el rendimiento de pasto suele ser la mitad o menos de su potencial productivo.
La primavera de pasturas base festuca alta o agropiro alargado, representa el 60-70% de la producción anual y, por lo tanto, es un “período clave” para la producción ganadera pastoril. El clima durante 2025 se caracterizó por lluvias otoño-invernales abundantes en buena parte de la región Pampeana. Los suelos presentan humedad óptima, con perfiles saturados o aún con excesos de humedad (Figura 1), minimizando la probabilidad de deficiencias hídricas para el crecimiento primaveral.

Figura 1: Estado del agua útil en el perfil de suelo. Balance Hídrico Operativo para el Agro. SMN. https://www.smn.gob.ar/monitoreo_estados
Si bien el clima comienza a favorecer el crecimiento del pasto, aparece un factor limitante: la nutrición mineral de las plantas y principalmente la disponibilidad de nitrógeno en el suelo. Para lograr alta producción animal en la primavera y sobre todo este año, es importante tener en cuenta los factores que controlan el crecimiento estacional del pasto y qué acciones llevar a cabo para aprovechar convenientemente y extender el período de producción de forraje de calidad.
El crecimiento del pasto en primavera
El elevado crecimiento de las plantas en la primavera es resultado de una combinación de factores que lo favorecen. Las horas de luz solar y las temperaturas aumentan progresivamente. Asimismo, una alta proporción de las plantas pasan a estado reproductivo, lo que acelera fuertemente el crecimiento aéreo de las plantas y provoca una elevada acumulación de biomasa aérea, con predominio de tejidos estructuras (vainas y cañas), con una marcada pérdida de calidad.
Es en ese momento cuando, las pasturas templadas base gramíneas presentan las máximas tasas de crecimiento, y pasan de crecer 5–10 kg MS/ha/día en invierno a más de 40-50 kg MS/ha/día en primavera. Lo que suele ocurrir en los establecimientos ganaderos pastoriles es que la oferta de pasto en ese pico de producción primaveral supera el consumo de los animales. La situación se agrava porque es infrecuente la confección de reservas forrajeras y buena parte del forraje producido (50–60 %) se desaprovecha. En otras palabras «las pasturas se pasan».
Esto provoca ineficiencia en la utilización del pasto (la hacienda no alcanza a consumir el forraje producido), además perjudica la velocidad de rebrote, la producción de forraje posterior, la persistencia de las pasturas y la sustentabilidad de la producción ganadera.
¿Cómo aprovechar la producción de pasto de primavera?
Se debe llevar a cabo un ajustado manejo de la defoliación y entender la importancia estratégica de actuar con anticipación para mantener pasturas con alta proporción de hojas y baja presencia de cañas y espigas. Para ello hay que actuar tempranamente y estar preparado para realizar un pastoreo intenso antes que se manifieste el crecimiento reproductivo. ¿Qué se entiende por pastoreo intenso? Dejar en el potrero un remanente de entre 800 y 1000 kg/ha MS (por ej.: 4-6 cm de altura en festuca alta) con una alta proporción de hojas verdes. Esto se denomina «Control Temprano de la Floración«. Para realizarlo, de mediados de agosto (en festuca) y mediados de septiembre (en agropiro) conviene acelerar la rotación (o vuelta de pastoreo), con el objetivo de empezar a controlar la floración. Sin restricción hídrica, la eliminación de las varas florales reactiva la producción de hojas y nuevos macollos y se estimula el rebrote con nueva producción de forraje de calidad.
Al mismo tiempo, es importante presupuestar la demanda forrajera en función de la carga animal, y en base a ello ajustar adecuadamente la oferta de pasto. Si esta demanda no fuera suficiente para “cosechar” el pasto utilizable, es necesario establecer la superficie que no podrá ser aprovechada mediante pastoreo y destinarla a confección de reservas de forraje (por ejemplo, heno o silo).
Una vez incorporado ese control temprano de la floración, es posible avanzar para “ampliar la ventana de producción primaveral de forraje” para lograr un período de 70 a 100 días de utilización de las pasturas, según las condiciones hídricas a fines de la estación.
Para lograrlo, la pastura debe:
- I) “arrancar” antes que lo usual en condiciones naturales (para la región pampeana, mediados de octubre)
- II) prolongar su crecimiento hacia el verano (dependiendo de las precipitaciones primaverales).
¿Cómo ampliar la primavera?
La clave para lograrlo es el aporte de los nutrientes requeridos para que las plantas puedan manifestar un activo crecimiento cuando el ambiente ofrece condiciones favorables, a inicio de la primavera. En primer lugar, es importante una adecuada disponibilidad de fósforo, ya que es un nutriente que puede ser deficitario para satisfacer la demanda de pasturas de alta producción. Muchos ambientes ganaderos sin historia de fertilización presentan niveles de fósforo disponible en suelo bajos a muy bajos (inferiores a 10 ppm P Bray I), lo que genera una deficiencia para satisfacer el requerimiento de las pasturas.
Por otra parte, las bajas temperaturas invernales frenan la mineralización de nitrógeno, por lo que su disponibilidad al inicio de la primavera en general es escasa. Es por esto que, en pasturas base gramíneas la fertilización estratégica con nitrógeno a la salida del invierno–inicio de primavera permite anticipar el crecimiento primaveral 20 a 30 días con respecto a las no fertilizadas. En la Figura 2 se muestra el impacto de la fertilización nitrogenada y se indica la anticipación en la oportunidad de utilización del forraje producido.
¡Esta práctica es especialmente relevante en la primavera 2025!
Las lluvias registradas en los últimos meses han favorecido las pérdidas de nitrógeno, determinando una disponibilidad aún menor a la esperada, que agrava la limitación al arranque de las pasturas de festuca y agropiro en primavera. En base a esto, las respuestas esperadas al agregado de nitrógeno en pasturas templadas base gramíneas podrían alcanzar los valores máximos esperados para la región (25-30 kg MS/kg N aplicado).
A modo de ejemplo, con los valores actuales de la producción animal y del precio del fertilizante nitrogenado (urea como referencia), esta primavera se podrían obtener respuestas a la fertilización de 3 USD/kg N aplicado en producción de carne y de 7 USD/kg N aplicado en producción de leche.

Figura 2: Crecimiento primaveral de forraje en pastura de festuca alta (Sudeste Provincia de Buenos Aires) sin y con agregado de nitrógeno a mediados de septiembre. La flecha indica los días de adelantamiento para la utilización en pastoreo (con 2000 kg MS/ha).
En condiciones de pastoreo directo, el fertilizante nitrogenado no debería ser aplicado de manera uniforme (igual dosis en un mismo momento) a toda la superficie, sino que debe ajustarse estratégicamente en función de la necesidad o demanda de forraje (cantidad requerida y el momento de utilización). Adicionalmente, se verá un mayor efecto de esta práctica en aquellos potreros en donde las limitantes no sean tan restrictivas para el crecimiento de las pasturas, por lo cual se recomienda focalizar la fertilización nitrogenada en donde se pueda sacar el mayor provecho al nitrógeno aplicado. Una fertilización llevada adelante sin planificación respecto de la utilización del pasto producido sólo agravará el excedente forrajero primaveral.
La fertilización a la salida del invierno tiene como objetivo prioritario adelantar la primavera, es decir lograr una acumulación de 2000-2500 kg de MS/ha a fines de septiembre – inicio de octubre. Un ejemplo de aplicación fraccionada podría ser:
- 100 kg N/ha (217 kg Urea/ha) en la superficie sobre la que se requiere una anticipación de pastoreo de 20-30 días en la “entrada de la primavera”.
- 50 kg N/ha (108 kg Urea/ha) en la superficie que será usada luego de aquella en la que aplicamos los 100 kg N/ha.
- 0 kg N/ha en la superficie restante. Es decir, en la que utilizaremos luego de aquellas en las que aplicamos 50-100 kg N/ha, probablemente a fin de la primavera o inicio del verano.
Si las condiciones hídricas se mantienen favorables, pasturas bien manejadas (defoliación y nutrición) podrán mantener sucesivos rebrotes, prolongar el período de activo crecimiento y optimizar el aprovechamiento del nitrógeno nativo del suelo avanzada la primavera.
Consideraciones finales
Con pasturas de festuca o agropiro bien manejadas, utilizando el “control temprano de la floración”, ajustando la oferta con la demanda, la aplicación estratégica de nitrógeno permite obtener elevadas producciones de forraje de calidad durante una “primavera ampliada”.