Artículo publicado en la Revista Fertilizar Nº26 año 2013
Autores: Julián Muguerza y Sebastian Storti Servicios Tecnológicos. Aceitera General Deheza jmuguerza@agd.com.ar, sstorti@agd.com.ar
Introducción: La agricultura de precisión y los sistemas informáticos actuales permiten relevar información detallada sobre el terreno y la operación agrícola como nunca antes. Sin embargo el uso de datos redundantes, de poca representatividad espacial, de pobre estabilidad espacial y/o temporal o la mala interpretación de los mismos, conspiran contra la implementación exitosa de la tecnología. Esto se puede dar incluso en zonas de producción donde los beneficios esperados son evidentes por la variabilidad apreciable a simple vista, por ejemplo zonas con lomas medanosas. Está claro que las prácticas relacionadas a la agricultura de precisión implican un cambio en el sistema productivo con respecto a las actuales y más allá implica un cambio en la estructura y funcionamiento de las empresas y productores que lo llevan adelante, ya que la cantidad de datos, los diagnósticos, la aplicación y el análisis de los resultados de los manejos, implican nuevas tecnologías, nuevos equipamientos, nuevas capacidades y nuevos desafíos. La implementación de un sistema de agricultura de precisión exitosa requiere la identificación e incorporación de herramientas que generen datos y, a posteriori, información y conocimiento que sean transparentes para cualquiera de los usuarios involucrados. El mapeo de la Conductividad Eléctrica Aparente de Suelos o Electro Conductividad (ECAS) es una de las herramientas más sencillas, baratas y de mayor exactitud que pueden implementarse en la agricultura de precisión. Como su principio se sustenta en una medición directa del suelo cuyo resultado final es un mapa de los diferentes tipos de suelos, su solidez espacial y temporal así como su interpretación y su uso son extremadamente sencillos.